Todos hemos sufrido alguna vez de aftas bucales y hemos sufrido las molestias que provocan.
Las aftas bucales o llagas de la boca son un trastorno muy común y un motivo de consulta frecuente por parte de nuestros pacientes. Por este motivo, vamos a explicaros en qué consisten y cómo hemos de tratarlas.
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Qué son las aftas bucales
Se caracterizan por la aparición de una ulcera mucosa en la boca que se localiza, normalmente, en la superficie interna de mejillas, labios, suelo de la boca, paladar y lengua. Surge como una erosión con bordes rojos e inflamados y una zona central blanquecina o amarillenta. Suelen ser redondeadas, oval plana o en forma de cráter.
Su tamaño oscila entre los 3 y 5 milímetros de diámetro y, en ocasiones, puede llegar a formarse otra de mayor tamaño. Las aftas que son superiores a 10 milímetros suelen dejar cicatriz y tener un proceso de curación más lento.
Las aftas son muy comunes entre personas de edad adulta en general, aunque también son muy frecuentes en mujeres jóvenes. Sin embargo, son más extraños los casos en personas mayores de 50 años.
Tipos de aftas
Las aftas se clasifican según forma y tamaños, pero también por frecuencia ya que, pueden ser únicas o múltiples, recurrentes o esporádicas. Es muy importante saber que, en los casos en los que un afta no cura pasados 10 días, debe valorarse por un especialista en medicina bucal.
Clasificación según morfología
- Aftas menores: supone el 80% de los casos. Aparecen principalmente en solitario y suelen curar de manera espontánea en 7 días.
- Aftas mayores: su tamaño es mayor de 1 cm y se resuelven en semanas dejando una cicatriz residual.
- Aftas herpetiformes: aparecen numerosas úlceras con un tamaño pequeño (entre 1 y 3 milímetros). Desaparecen en unas semanas dejando una marca residual.
Clasificación según frecuencia
Podemos diferenciar entre aftas agudas, crónicas y recurrentes. En este último caso, hemos de indicar que, afectan a un 20% de la población y suelen aparecer por primera vez durante la infancia, aunque afectan sobre todo en períodos entre la adolescencia y durante el comienzo de la edad adulta.
Por qué nos salen las aftas
Aunque en un 70% por ciento de los casos la etiología es desconocida, las causas más frecuentes suelen ser las siguientes:
- Reacción inmunológica frente a las bacterias comunes de la flora bucal.
- Infecciones virales.
- Traumatismos dentales.
- Morderse los labios o los carillos.
- Aparatos de ortodoncia.
- Limpieza bucal muy agresiva con cepillos muy duros.
- Estrés generalizado.
- Carencias nutricionales: concretamente, relacionadas con la vitamina B12, el hierro, el ácido fólico.
- Cambios hormonales: las aftas son más comunes en las mujeres que en los hombres y es frecuente que aparezcan sobre todo en el ciclo menstrual.
- Predisposición genética: es muy común que varios miembros de una misma familia la sufran, puesto que parece que hay un componente genético entre sus causas.
- Trastornos mucocutáneos: por ejemplo, la enfermedad de Behcet.
Tratamientos paras las aftas bucales
Normalmente, las aftas se curan por sí solas, pero para acelerar el proceso y tratar las molestias, se usan los siguientes medicamentos:
- Analgésicos y anestésicos locales: solución de lidocaína al 2% (4 veces al día hasta 2 semanas).
- Analgésicos vía oral: es difícil realizar un enjuague bucal para niños menores de seis años por lo que, se recomienda el uso de analgésicos locales por vía oral. El uso de corticosteroides debe considerarse cuando se trata de niños pequeños.
- Protectores de la mucosa oral: en el mercado existen numerosos productos en forma de gel o crema que, se colocan sobre el afta para protegerla y aliviar el dolor. Estos productos llevan algunas de las siguientes sustancias:
- Carboximetilcelulosa.
- Crema de aloe vera.
- Ácido hialurónico en forma de gel.
- Esteroides tópicos: las fórmulas que se indican a continuación deben ser recetadas por un médico:
- Triamcinolona al 0.1% en orabase.
- Beclometasona en spray.
- Hidrocortisona en crema.
- Betametasona en crema.
- Colutorios antisépticos: tienen que llevar en su composición clorhexidina o triclosán ya que, son los principios activos que desinfectan.
- Laserterapia y ozonoterapia: aplicadas sobre las lesiones.
En caso de que las lesiones persistan más de dos semanas y/o más de dos o tres veces al año, aun aplicando tratamiento médico, es conveniente realizar una consulta con un especialista en medicina bucal para realizar un correcto diagnóstico. Aunque las aftas bucales no son una lesión maligna, algunos tumores pueden surgir de una ulcera bucal que no ha terminado de sanar. De ahí, la importancia de su tratamiento.
Medidas de prevención
Es muy importante la prevención de las aftas ya que, conlleva numerosas molestias con el habla o la masticación y hace que modifiquemos nuestros hábitos de vida diaria. Por ello, queremos compartir contigo estos consejos:
- Evita tomar alimentos ácidos, picantes o muy calientes.
- Procura llevar una dieta equilibrada, sobre todo tomando alimentos que ayuden a mantener niveles de hierro, ácido fólico, vitamina B12 y zinc.
- Mantén una buena higiene bucodental con cepillos suaves y cambiándolos con regularidad.
- Evita traumas de la mucosa oral, como mordisquear el labio, morder lápices o bolígrafos, etc.
Ahora que conoces todos los detalles, si tienes una lesión en boca que no cura y que persiste a pesar del tratamiento que estés llevando, consúltanos. No dejes que los problemas se agraven. En Badia Clínica Dental cuidamos de tu salud.